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viernes, 7 de enero de 2011

autocontrol.

Sí. Tienes que dominarte. Tienes que controlar tus impulsos. No te digo que sea malo. No te digo que no sea bueno dejarse llevar por las emociones, por los sentimientos. Pero no pueden ser más fuertes que tú. Tienes que saber cuando tienes que parar. Cuando decir stop. Cuando tomas una decisión. Cuando decides reír, llorar. Cuando decides querer o no querer. Cuando decides olvidarte de alguien. Cuando decides dejar de pensar en algo o en alguien. Cuando decides hacerlo, y hacerlo de verdad, no puedes dar marcha atrás. Por mucho que lo desees. Por mucho que pienses que lo necesitas. Por mucho que pienses que no puedes. Por mucho que sufras. Por mucho dolor que te cause. Tienes que controlarte. Porque, si tomas una decisión es porque es la mejor para ti, y, aunque duela, debes mantenerte firme. Puedes, por supuesto que puedes, lo único que necesitas es querer. Eso es lo único que necesitas porque, cuando se trata de tus decisiones, querer es poder. Te dolerá, te quemará por dentro, te dará rabia, sentirás que es lo peor, sentirás que necesitas lo que antes poseías, llorarás, gritarás. Nadie te dice que no lo vas a pasar mal, pero recuerda que, a la larga lo bueno es lo correcto.




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