rie cuando puedas, llora cuando lo necesites.

Ahí me tenéis en uno de esos días, en lo que nadie te coge el teléfono y las paredes se te echan encima,
Yo sé que siempre hay salida, pero saber que todo irá a mejor no quita que me sienta echa una porquería,
Pasan los años, los proyectos, los sueños...
¿Recuerdas cómo querías ser cuando eras pequeño?
Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera, todo es mucho más complejo:
responsabilidades, luchas, deberes, sonreir cuando no te apetece, mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten.
¿merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres?
Porque terminé haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me sentí diferente.
He sido un cobarde disfrazado de valiente, siempre pendiente del qué dirá la gente.
Escondo mis miedos para parecer fuerte, pero ya no, es más, es hora de ser consecuente,
porque creo que lo he visto, amigo, y
quizás la clave para ser realmente libre sea, 
reir cuando puedas, y llorar cuando lo necesites.
Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido, no cegarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.
Con este tema me hago una promesa, y es hacer lo que sea para encontrar soluciones, no problemas.
Se que no soy perfecto, bien, no me castigaré mas por no serlo. 
Voy a aprender a decir que no, aceptarme como soy, a medir el valor, porque a veces fui valiente por miedo, suena extraño pero, ¿sabes qué? lo peor de todo es que es cierto.
Hoy busco dormir a gusto, sé que no suena muy ambicioso pero créeme es mucho, llevo 13 años estudiando la vida, que no hay mal que por bien no venga? ESO ES MENTIRA.
Me centraré en lo importante, mi familia, mis amigos, mi pasión por el arte, aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando, porque estar de bajón es humano. 
No pienso rendirme ante ningun problema, confio en mi, soy capaz de vencer lo que sea, volveré a caer millones de veces, pero siempre volveré a erguirme, porque quizás la clave sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites.